Cuidado del pie en personas mayores: problemas comunes y prevención
- Cuki Mateo

- 23 sept
- 2 Min. de lectura

Los pies son la base de nuestra movilidad y, sin embargo, a menudo no les prestamos la atención que merecen. Con el paso de los años, los cambios propios del envejecimiento hacen que los pies se vuelvan más vulnerables: la piel pierde elasticidad, las uñas se vuelven más frágiles o engrosadas, los huesos y articulaciones sufren desgaste, y la circulación puede verse afectada.
Para las personas mayores, estos problemas no son solo una molestia: pueden limitar la autonomía, provocar dolor crónico e incluso aumentar el riesgo de caídas. Por eso, cuidar los pies en esta etapa de la vida es esencial para mantener la calidad de vida y la independencia.
Problemas comunes en los pies de las personas mayores
Uñas engrosadas o con hongos: dificultan el corte y generan molestias al caminar.
Juanetes y dedos en garra: deformidades que aparecen con frecuencia y que pueden provocar dolor y roces en el calzado.
Sequedad y grietas en talones: la piel pierde hidratación con la edad, aumentando el riesgo de heridas e infecciones.
Callos y durezas: fruto de la presión y el roce, pueden ser muy dolorosos y limitar la marcha.
Dolor en la planta del pie: asociado a fascitis plantar, desgaste articular o alteraciones en la pisada.
Problemas circulatorios: favorecen la aparición de edemas e hinchazón en los pies y tobillos.
Factores de riesgo
Además de los cambios propios del envejecimiento, existen factores que agravan estos problemas:
El uso prolongado de calzado inadecuado.
La diabetes, que aumenta el riesgo de úlceras y complicaciones graves.
La falta de revisiones podológicas periódicas.
La pérdida de movilidad, que dificulta el autocuidado (corte de uñas, higiene adecuada).
Consejos de prevención y cuidado
La buena noticia es que muchos de estos problemas pueden prevenirse o tratarse a tiempo con hábitos adecuados:
Revisiones periódicas con el podólogo: permiten detectar a tiempo cualquier alteración y tratarla antes de que se complique.
Hidratación diaria: aplicar crema específica en pies, evitando el espacio entre los dedos, ayuda a mantener la piel flexible y prevenir grietas.
Calzado adecuado: debe ser cómodo, con buena sujeción, puntera amplia y suela antideslizante. Evitar zapatos duros o demasiado estrechos.
Ejercicio suave y regular: caminar o realizar movimientos de los pies favorece la circulación y mantiene la movilidad articular.
Higiene diaria y buen secado: especialmente entre los dedos, para evitar hongos.
Corte correcto de uñas: siempre recto, evitando redondear los bordes, para prevenir encarnamientos.
El valor del acompañamiento profesional
Muchas personas mayores no acuden al podólogo hasta que el dolor es intenso o aparece una complicación. Sin embargo, los pies requieren un seguimiento regular, igual que ocurre con la vista o la tensión arterial. Una visita periódica al podólogo puede evitar problemas mayores y contribuir a mantener la autonomía.
En Clínica Belgar ofrecemos atención podológica especializada para personas mayores. Realizamos revisiones completas, tratamos afecciones comunes y enseñamos pautas de autocuidado para mantener los pies sanos. Nuestro objetivo es mejorar la comodidad al caminar, reducir el dolor y prevenir complicaciones.
Reserva tu cita en Clínica Belgar y empieza a cuidar tus pies con la atención que merecen. Porque unos pies sanos son sinónimo de independencia, bienestar y calidad de vida en todas las etapas.




Comentarios