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Vulvodinia

La vulvodinia es un trastorno doloroso crónico que afecta la zona vulvar, específicamente la entrada de la vagina. Esta condición, a menudo subdiagnosticada, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las mujeres que la experimentan. En este artículo, exploraremos qué es la vulvodinia, sus posibles causas y cómo la fisioterapia del suelo pélvico puede ofrecer alivio a quienes la padecen.


¿Qué es la Vulvodinia?

La vulvodinia se caracteriza por dolor crónico en la vulva, el área externa de los genitales femeninos, sin una causa aparente. Este dolor puede ser constante o intermitente, y se describe comúnmente como ardor, picazón o sensación de punzadas.


Las mujeres con vulvodinia a menudo encuentran molestias al realizar actividades cotidianas, como sentarse, tener relaciones sexuales o usar ropa ajustada.


Causas de la Vulvodinia:

Aunque la causa exacta de la vulvodinia no siempre es clara, se cree que varios factores pueden contribuir al desarrollo de esta condición. Entre ellos se incluyen:


  1. Problemas musculares del suelo pélvico: La tensión o debilidad en los músculos del suelo pélvico puede desempeñar un papel en la vulvodinia. La fisioterapia del suelo pélvico puede abordar estos problemas musculares a través de ejercicios específicos y técnicas de relajación.

  2. Irritación nerviosa: La irritación de los nervios en la zona vulvar puede contribuir al dolor asociado con la vulvodinia. Los fisioterapeutas del suelo pélvico pueden trabajar para reducir la irritación nerviosa a través de terapias manuales y técnicas de liberación miofascial.

  3. Cambios hormonales: Alteraciones en los niveles hormonales pueden desencadenar o contribuir a la vulvodinia. Un enfoque integral de la fisioterapia del suelo pélvico puede incluir estrategias para equilibrar las hormonas a través de cambios en la dieta y el estilo de vida.


La vulvodinia además causa problemas emocionales o puede estar causada por problemas emocionales.

Puede llevar a estados de ansiedad, depresión, alteraciones del sueño, disfunciones sexuales, alteración de la imagen corporal…


¿Cómo podemos ayudarte?


Desde la Fisioterapia:


Trabajaremos en colaboración con las pacientes para desarrollar un plan de tratamiento personalizado que puede incluir:

  1. Evaluación musculoesquelética: Una evaluación detallada de la musculatura del suelo pélvico para identificar posibles tensiones o debilidades.

  2. Ejercicios terapéuticos: Se enseñan ejercicios específicos para fortalecer o relajar los músculos del suelo pélvico, según las necesidades individuales.

  3. Técnicas de relajación: Se implementan técnicas de relajación y biofeedback para ayudar a las pacientes a tomar conciencia y controlar la tensión muscular en la zona afectada.

  4. Educación sobre el autocuidado: Las pacientes reciben orientación sobre cambios en el estilo de vida, posturas y hábitos que pueden contribuir a la mejora de los síntomas.

  5. Neuromodulación: Para la activación muscular y la disminución del dolor.

  6. Ejercicios propioceptivos: Para la reeducación del suelo pélvico.

  7. Masaje psicosensitivo: Para retomar relaciones sexuales de manera progresiva.

  8. Masaje perineal: Para flexibilizar la musculatura del suelo pélvico.


En conclusión, la fisioterapia del suelo pélvico ofrece un enfoque integral y no invasivo para el tratamiento de la vulvodinia. Si experimentas síntomas de vulvodinia, es fundamental buscar la ayuda de un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para diseñar un plan de tratamiento personalizado y mejorar tu calidad de vida. Recuerda que la atención temprana y el enfoque multidisciplinario pueden marcar la diferencia en el manejo exitoso de esta condición.


Desde la Psicología:


  1. Evaluación psicológica: Ayudando a identificar factores psicológicos como estrés, traumas, ansiedad o depresión relacionados con la vulvodinia.

  2. Manejo del dolor: A través de técnicas de relajación, atención plena y reestructuración cognitiva para reducir la percepción del dolor y mejorar la capacidad de afrontarlo.

  3. Apoyo emocional: Brindando apoyo para gestionar el estrés y desarrollar estrategias emocionales para enfrentar las dificultades asociadas con la vulvodinia.

  4. Terapia sexual:  A través de desafíos sexuales y mejorar la comunicación en la relación, especialmente cuando la vulvodinia afecta la intimidad y la vida sexual.

  5. Identificación de patrones de pensamiento negativos: Para ayudar a reconocer y cambiar patrones de pensamiento negativos o creencias irracionales relacionadas con el cuerpo, el dolor y la sexualidad.

  6. Educación y empoderamiento: Proporcionando información educativa sobre la vulvodinia para capacitar a la persona en la toma de decisiones informadas y mejorar la gestión de la condición.















Belén González Garrido Marta Rubio Lara

Fisioterapeuta Psicóloga

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